IBERTEC EN CANARIAS

La comunidad canaria alberga una totalidad de un millón trescientas mil gallinas de puesta y nuestra labor es asegurar esa continuidad de producción, por ello, verificamos que la reposición llegue con las mejores condiciones posibles al cliente

Conseguir este objetivo el pasado año 2020, no ha sido una tarea fácil, ya que desde el inicio de la crisis del Covid-19, hemos observado cómo los trayectos aéreos han disminuido considerablemente y, por consiguiente, sus costes han aumentado de la misma forma, lo que nos acarrea el problema de encontrarnos con la necesidad de unir los pedidos de los compradores para reducir la tarifa de las remesas.

A pesar de estos inconvenientes, nos hemos implicado más que nunca para poder seguir dando el servicio que necesitan los avicultores, teniendo contacto con el Gobierno de Canarias, exponiéndole la complicada situación y así trabajar sobre las posibles soluciones.

Pese a estos impedimentos, no hemos dejado de perseguir nuestro propósito de mantener la calidad de las pollitas que salen de nuestra incubadora, esto lo llevamos a cabo a través de diferentes tipos de seguimiento, tales como la colocación de sondas de temperatura durante el viaje, toma de temperatura y verificación del bienestar animal en el aeropuerto de destino.

En este trayecto hemos observado como nuestras pollitas soportan temperaturas máximas de hasta 41 ⁰C y unas mínimas de 18 ⁰C, cuando la temperatura aconsejada es de 35-36 ⁰C.

Ante estas condiciones que no podemos controlar dentro de la aeronave, nuestro trabajo continúa por garantizar el rápido traslado hacia la granja y un correcto arranque, que derive en el menor número de bajas posibles, logrando un porcentaje menor a 0,4 % de mortalidad en los últimos aviones que hemos enviado.

La ventilación durante el vuelo es un factor determinante para que la entrega no se vea afectada, es por ello que estamos trabajando en las cajas que contienen las pollitas y su disposición dentro del avión.

También percibimos diferencias significativas en las aves que llegan a la nave de destino el mismo día que nacen, de las que llegan (por motivos logísticos de las compañías aéreas) el día siguiente o a los dos días de su nacimiento.

• En el primer caso, el peso medio en la nave de recría es de 41 gramos,
• sin embargo, en el segundo caso, observamos 7 gramos de media menos, lo que supone un mayor esfuerzo para que comiencen a beber agua, donde hacemos hincapié en la importancia de mantener el agua a 20-25 ⁰C y en ayudarnos de recipientes anexos, además de las tetinas, para favorecer el consumo

Pasados esos primeros cuatro días, la mortandad es prácticamente inexistente hasta el inicio de la puesta y es en este punto donde nos centramos en los pesos, las uniformidades y los consumos de las futuras ponedoras.